But the persons of the drama, whether men or women, have no life, no spiritual complications, no tragic accents or impulses. They utter a series of chilly conceits and pedantic maxims; they give us sermons or madrigals. Clotaldo, by way of informing us that he is going to fire a pistol, speaks thus:
… Aquesta pistola, áspid
de metal, escupirá
el veneno penetrante
de dos balas, cuyo fuego
será escándalo del aire.[1]
Sigismund compliments Estrella thus:
¿Qué dejáis que hacer al sol,
si os levantáis con el día?
Dadme á besar vuestra mano,
en cuya copa de nieve
el aura candores bebe.[2]
The whole drama is in this tone. Hyperboles and aphorisms, conceits and antitheses, puns and banality. The famous soliloquy of Sigismund ends thus:
¿Qué es la vida? un frenesí;
¿Qué es la vida? una ilusión,
una sombra, una ficción,
