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Porto-Rican Folk-Lore.
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que a otro no se lo diga,
que no puede permanecer;
sólo el que sepa obtener
por una vida arreglada
un asiento en la morada
de la celestial mansión
sabe más que Salomón,
y el que nó, no sabe nada.

72.

De varios padres es la causa
que sus hijos se les pierdan,
porque son ovejas mansas
los ponen coma una fiera.

Hay padres muy rigurosos,
hipócritas y temerarios,
que no conocen el daño
que se hacen con ser celosos;
todo lo quieren al pronto
y para nada tienen pausa,
quieren adornar su casa
con el honor de sus hijas,
y si alguna se halla perdida
de vanos padres es la causa.

La razón tienen los padres,
no se les debe quitar,
que a sus hijas deben tratar
pero con cariño amable;
porque la vida no es estable
y tiene que tener mudanzas,
porque el amor nunca alcanza
a tener seguridad;
y luego les será más mal
que sus hijas se le pierdan.

Los padres deben de ver
que cuando una joven ama,
es la más grandiosa llama
que en el mundo puede haber;
deben de comprender
y considerar en ella,
será su sino o su estrella,
no se le debe quitar,
y a sus hijas deben celar
aunque sean ovejas mansas.

Las mujeres son temerarias
cuando les andan con cautela,
y si les muestran firmeza
no las sujetan murallas;
pierden el honor y su fama
y a sus maridos se entregan
por una pasión ligera
que no se puede sufrir,
y le quitan el vivir
y los ponen como una fiera.

73.

Hace tres días que no como
cosa que tenga alimento;
me voy a llevar el cuero
para taparme del viento.

Como a la una o las dos,
fué que sucedió este caso.
Sico Ampión se hallaba en su casa
y de pronto se presentó
diciendo: — Aquí estoy yo
que los puedo acompañar,
conmigo no hay casualidad
lo mismo en el agua que en lo seco,
me estoy llevando un seto
hace tres días que no como.

Solí como inteligente
a Manuela se lo avisa,
Andrés muerto de la risa
seguido arrancó a correr;
la manca allí se hallaba también
en este grande suceso.
— Yo quiero hacer varios pesos,
decía este mangansón,
— porque hace tres días que no como
cosa que tenga alimento.

Chispita en seguida
se dispuso a perseguirlos.
— Porque esto trae buen resultao
tengo cien almuerzos atrasaos.
Si en esto no me equivoco
Andrés llegó loco,
creyendo que se había acabado
y dijo: — Este deo está malo
y si no me dan mi pedazo
me voy a llevar el cuero.

Como a los cinco minutos
Maño se presentó
y decía: — Aquí estoy yo
en busca de mi pedazo,
yo lo echo entre un saco
en que se me hunda el casco.