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Porto-Rican Folk-Lore.
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y si yo tengo razón
busca la flor que te digo;
cógela en prueba de amor,
guarda la flor que te digo.

125.

Adiós, madre de mi vida,
tronco de toda mi rama;
se va tu hijo querido
nacido de tus entrañas.

Hermano, por Dios le pido,
que conserve a nuestra madre;
queda en el lugar de padre
dándole un gusto cumplido,
mientras yo tan afligido
me vea en tan triste cárcel,
Adiós, hermano del alma,
repite mi triste voz;
madre encomiéndate a Dios,
tronco de toda mi rama.

Siento salir de mi pueblo,
pero el dejarle es forzoso.
Se acaba mi reposo,
a padecer desde luego;
así soñaré, le ruego
a todo al que haya ofendido;
mil veces perdón le pido
al verme en esta prisión.
Madre de mi corazón,
se va tu hijo querido.

Por último me despido
de hermano primo y pariente,
de amigo y demás gente
y de un amante querido.
Adiós, digo enternecido
que voy para tierra extraña
a padecer en campaña,
más por eso nada me aflije;
y madre no olvides a tu hijo
que nació de tus entrañas.

126.

Lloro mi triste clemencia,
lloro triste y sin consuelo,
como me dejó este cielo
al pestañar de un ausencia.

Si como, vivo y ando
si por divertir paseo
me parece que te veo
y contigo estoy hablando.
Si duermo te estoy soñando;
es la pena que me asiste;
sol, luna, estrella, ¿no viste
por donde mi amor pasó?
Y mira como me dejaste,
como gilgerito triste.

Cuando yo en tu compañia
gocé de tiernos recatos
dos mil halagos me hacías
y me recreaba en tus brazos.
Mi vida del alma mía,
serafín, cielo, estrella,
¡oh! ¡qué amor tan mal pagado
tan mala correspondencia,
que me lo quitó la ausencia
y solita me ha dejado!

¡Quién enojos no tuviera
para no haberte mirado!
Mi amor hubiera cegado
antes de que te conociera,
para no andar suspirando,
de día y de noche llorando,
por pájaros enternecidos
y ausente de mi nido.
Menos tormentos tuviera
de ramo en ramo llorando.

127.

Me traen loco las muchachas
y no las puedo olvidar;
toditas han caído en gracia,
me gustan más que un manjar.

Pepita me tiene loco
y Doloritas también;
por otro lado Isabel,
Josefita que reposa.
Juanita, espérate un poco,
tu cuerpo es todo una gracia.
¡Jesus! que allá viene Engracia,
mira qué sandunguerita.
Todas las hallo bonitas,
me traen loco las muchachas.


126. There is no verse repetition here, and again the quatrain may not be the one corresponding to the décima strophes.